Synergies Venezuela Nº 2 (2006) pp. 67 - 77


Determinismo e indeterminismo como actitudes científicas en el estudio del lenguaje y el aprendizaje de lenguas extranjeras

Ana Lucía Delmastro

Universidad del Zulia. Maracaibo, Venezuela
aldelmastro@yahoo.com

Resumen

En el ámbito del estudio del lenguaje y en la enseñanza de lenguas extranjeras (LE), la consideración de nociones ligadas a la postmodernidad, tales como el indeterminismo, el azar creador y la complejidad, contribuye a explicar las variaciones epocales en la evolución de los enfoques y métodos para la enseñanza de las lenguas extranjeras, los cuales no siempre concuerdan en sus constructos teóricos y su lógica epistémica. Partiendo de la caracterización de las perspectivas determinista e indeterminista como actitudes científicas vinculadas con la descripción y el conocimiento del mundo, y del racionalismo como postura epistemológica alterna en la construcción del conocimiento científico, se analizan los respectivos efectos en la interpretación del lenguaje y su aprendizaje, así como en los enfoques de enseñanza que de ellas se derivan. Se concluye lo siguiente: (1) la actitud indeterminista permite abordar el estudio del lenguaje como sistema humano en toda su complejidad, trascendiendo las limitaciones del reduccionismo y las posturas empiristas propias del determinismo científico; (2) el racionalismo permite desligarse de la rigidez de la inducción y la verificación sin caer en la interpretación fenomenológica; (3) asumir un relativismo o eclecticismo informado, concebido como pluralidad de criterios y sincretismo teórico-metodológico cimentado en el conocimiento y las experiencias del docente-investigador, permite el análisis, la selección razonada y la toma de decisiones informadas, a la vez que aporta la flexibilidad necesaria para adaptarse a la pluralidad de contextos y situaciones de enseñanza-aprendizaje de la lengua, materna o extranjera.

Palabras clave:

Determinismo-indeterminismo, complejidad, enseñanza de lenguas, EFL, ESL.

Déterminisme et indéterminisme en tant qu’attitudes scientifiques dans l’étude du langage et l’apprentissage des langues étrangères

Résumé

Dans l’étude du langage et dans l’enseignement des langues étrangères (LE), la considération de notions liées à la postmodernité, telles que l’indéterminisme, le hasard créateur et la complexité, aide à expliquer les variations temporelles dans l’évolution des approches et méthodes pour l’enseignement des langues étrangères, lesquels ne correspondent pas toujours à leurs constructs théoriques et à leur logique épistémique. À partir de la caractérisation des perspectives déterministe et indéterministe en tant qu’attitudes scientifiques liées à la description et à la connaissance du monde, et du rationalisme en tant que position épistémologique alterne dans la construction de la connaissance scientifique, sont analysés ici les effets respectifs dans l’interprétation du langage et son apprentissage, ainsi que dans les approches d’enseignement qui en découlent. Il a été conclu ce qui suit: (1) l’attitude indéterministe permet d’aborder l’étude du langage en tant que système humain dans toute sa complexité, transcendant les limitations du réductionnisme et les positions empiristes propres au déterminisme scientifique; (2) le rationalisme permet de se détacher de la rigidité de l’induction et de la vérification sans tomber dans l’interprétation phénoménologique; (3) assumer un relativisme ou éclectisme informé, conçu en tant que pluralité de critères et syncrétisme théorique-méthodologique fondé sur la connaissance et les expériences de l’enseignant-chercheur, permet l’analyse, le choix raisonné et la prise des décisions informées, apportant en même temps la flexibilité nécessaire pour s’adapter à la pluralité de contextes et de situations d’enseignement/apprentissage de la langue, maternelle ou étrangère.

Mots clés:

Déterminisme-indéterminisme, complexité, enseignement de langues, FLE, EFL.

Deterministic and indeterministic approaches to the scientific study of language and foreign language learning

Abstract

In the study of language and in foreign language teaching, notions from chaos and complexity theory help to understand the evolution of approaches and methods, which not always follow a logical sequence of evolution and often result in a sequence of simultaneous methodologies that are unrelated in their theoretical constructs and epistemologies. Starting from the characterization of deterministic and indeterministic perspectives as scientific approaches linked to the description and knowledge of the world, and rationalism as an alternative epistemological approach, we analyze the effects on the different approaches to the study of language and language learning, as well as their related teaching methodologies. The conclusions are the following: (1) An indeterministic approach allows to study the language as a human system in all its complexity, transcending the limitations of reductionistic-empiricist-deterministic approaches; (2) The rationalist approach avoids the stiffness of induction and verification, but at the same time steps away from phenomenological interpretations; and, (3) The adoption of an informed relativism and eclecticism, conceived as the plurality of criteria and a theoretical-methodological syncretism based upon knowledge and experience, will provide the flexibility required to adapt to the plurality of contexts, in both native and foreign language teaching-learning situations.

Key words:

Deterministic-indeterministic approaches, chaos and complexity theory, language teaching, EFL, ESL.

“Cualquiera puede contar las semillas de una manzana; nadie puede contar las manzanas que brotarán de una semilla”
Anónimo

Introducción

Wagensberg (1985), físico converso al indeterminismo científico, en su discusión acerca del azar y la complejidad en la filosofía y la ciencia de la postmodernidad, afirma que cuando los viejos sistemas ya no funcionan, el azar se hace creador y se generan nuevos sistemas y organizaciones, independientemente de la participación de la voluntad. En consecuencia, se puede afirmar que el azar creador tiene alguna inherencia en la evolución de todos los sistemas biológicos, sociales, políticos, económicos, culturales o educativos. Dicha interpretación es transferible a las ciencias sociales y las ciencias humanas en la comprensión de cualquier sistema (social, político o económico) donde intervenga el factor humano (Delmastro, 2005: Delmastro et al, 2004). En particular, puede ser extrapolada a los ámbitos de la psicología y de la educación para explicar la evolución y progresiva complejización de las estructuras cognitivas en los individuos, así como en la interpretación de la educación y del lenguaje como productos culturales.

En este sentido podemos afirmar que el lenguaje, como producto cultural y como manifestación de un sistema también complejo como lo es la mente humana, no escapa a los efectos del azar y la complejidad inherente a los sistemas; como tampoco lo hacen los procesos de enseñanza-aprendizaje del sistema lingüístico, bien sea de la lengua materna o de una lengua extranjera.

Aplicado al ámbito de la enseñanza de lenguas extranjeras (LE) o de una segunda lengua (L2), la noción del azar creador puede contribuir a explicar el desarrollo o evolución de los enfoques y métodos de enseñanza, que no siempre han seguido una “lógica” evolutiva y que han dado como resultado secuencias temporales o simultáneas de métodos poco relacionados entre sí en sus constructos teóricos y en su epistemología. Si consideramos que la Lingüística Aplicada a la enseñanza de LE como disciplina científica es en sí misma un sistema complejo, lo anterior sería un reflejo del cambio o evolución constante generado por una autoestructuración espontánea de la disciplina cuando sus principios teóricos comienzan a dejar de ser aplicables y no producen resultados satisfactorios, es decir, en términos de Wagensberg, cuando ya no ‘representan’ la realidad. El cambio es entonces ineludible e irrefrenable. Surgen nuevas teorías y concepciones educativas y se generan nuevas metodologías, con sus correspondientes efectos en la interpretación y en la conducción del proceso enseñanza-aprendizaje. (Delmastro, 2005)

Por otra parte, desde el indeterminismo científico, la aceptación de formas alternativas de conocimiento, como el saber intuitivo y el saber revelado, permite dar cabida a la consideración de otras formas de conocer generadoras de insights. Estas formas espontáneas e internas de conocimiento no dependen de la información aportada por los sentidos ni de los procesos inductivos y deductivos de razonamiento, pero igualmente redundan en la construcción de saberes y sus diferentes manifestaciones.

Tomando en cuenta lo antedicho, en el presente trabajo se plantea que la consideración de nociones como el azar, la complejidad, y el conocimiento intuitivo, enmarcadas en una perspectiva epistemológica que se opone al determinismo de la ciencia moderna, contribuye a ampliar las perspectivas desde las cuales se estudia el lenguaje y su aprendizaje, y por consiguiente, la enseñanza-aprendizaje de un nuevo sistema lingüístico o lengua extranjera.

Determinismo e indeterminismo como actitudes científicas

El determinismo y el indeterminismo constituyen actitudes científicas vinculadas con la descripción y el progreso del conocimiento del mundo, respectivamente. Wagensberg (1985) se dedica en algunas partes de su obra a contrastar ambas tendencias haciendo referencia a la teoría falsacionista y comparando al científico aplicador-experimental-determinista con el científico creador-teórico-indeterminista. Partiendo de la existencia de cuatro maneras básicas de abordar el conocimiento: ver, mirar, observar y experimentar, inquiere acerca de la posibilidad de construir conocimiento prescindiendo del aporte de información del mundo real. De esta manera nos va adentrando en la caracterización de una perspectiva indeterminista en la generación del conocimiento y en la consideración de un cient’fico creador, en oposición a la actitud determinista del cient’fico simulador, aplicador o maquinista, propia de la ciencia ‘moderna’.

La actitud indeterminista en la ciencia nos guía hacia la aceptación de nuevos planteamientos sobre las formas del conocimiento. Es ampliamente conocido que la ciencia determinista de la modernidad no acepta otra verdad que no sea producto de la observación directa, perceptible a través de los sentidos, falsable, mensurable y cuantificable. Orientada hacia la descripción cuantitativa y la experimentación, de tendencia definitivamente conductista basada en el behaviorismo americano, la ciencia determinista obvia la consideración de los procesos mentales, cognitivos y afectivos y de las intuiciones o ‘insights’, por ser éstos no observables ni susceptibles de mensura o cuantificación. Por el contrario, la actitud indeterminista característica del paradigma sistémico de la complejidad, acepta enfoques de tipo cualitativo que permiten considerar y tomar en cuenta aspectos y procesos mentales, volitivos, motivacionales, afectivos, intuitivos, revelaciones internas y otros elementos de tipo subjetivo y social, como parte de los procesos involucrados en la creación del conocimiento y la percepción de la realidad.

Haciendo eco de las ideas planteadas se puede afirmar que la ciencia determinista constituye el intento de representar el mundo conocido a través de un sistema cerrado. Sin embargo, como plantea Wagensberg (1985), aún cuando las leyes son deterministas la naturaleza no lo es, y los nuevos descubrimientos van rompiendo los límites de este determinismo o formalismo. Las leyes de la ciencia pueden ser deterministas, pero aceptan y permiten los movimientos, cambios y fluctuaciones de la naturaleza, lo que a su vez permite la evolución científica.

Los científicos indeterministas, por su parte, consideran el universo como un sistema vibrante, cambiante, entrópico y azaroso por naturaleza, caracterizado por la complejidad creciente de los fenómenos y sistemas. La ciencia determinista cree en un destino predeterminado y asume la existencia de una relación específica entre la causa y el efecto, creencia anclada en la mentalidad occidental que afirma o persigue la comprensibilidad del mundo y la sumisión de la naturaleza a las necesidades y la acción humanas. Sin embargo, plantea Wagensberg, la creciente complejidad del mundo y de los sistemas humanos sólo es explicable si aceptamos algún modo de participación del azar. De allí que algunas formas de conocimiento le confieren al azar una parte importante en la explicación de fenómenos y la descripción de los sistemas, generándose así una actitud indeterminista ante el estudio de los acontecimientos que trasciende la barrera de las ciencias naturales y abarca todos los fenómenos sociales, humanos y educativos.

Como es de esperar, el determinismo científico genera a su vez un determinismo epistemológico (todo suceso del mundo es predecible) y un determinismo ontológico (un estado del mundo es consecuencia necesaria de cualquier otro estado del mundo (Wagensberg, 1985). Las predicciones, basadas sobre predefiniciones, observaciones y experimentaciones, resultan de un conocimiento empírico, lineal, finito, controlable y cuantificable en el que el azar no tiene inherencia alguna. El objeto de la ciencia determinista es el de construir definiciones y teorías capaces de predecir sucesos del mundo.

Lógicamente, este énfasis en los sucesos observables, el empirismo y el verificacionismo, genera enfoques de enseñanza-aprendizaje de tipo conductista basados sobre procesos de acondicionamiento a través de la repetición de asociaciones estímulo-respuesta. Este tipo de enseñanza persigue controlar al máximo el proceso de enseñanza-aprendizaje, predecir los resultados en término de conductas observables y evitar la producción de errores por parte de los estudiantes a través de la repetición de conductas modeladas por el docente. Concepciones y modalidades de enseñanza-aprendizaje, que, a pesar de los avances en las teorías y prácticas pedagógicas en la actualidad, se han mantenido invariables en muchos ámbitos del sistema educativo.

El indeterminismo, por otra parte, permite comprender que algunos sucesos del mundo no son predecibles y acepta formas de conocimiento interno o revelado para enfrentarse a la comprensión de la complejidad del mundo y los sistemas. En este sentido, el azar y la complejidad pasan a ser aspectos importantes en el estudio de los sistemas y los sucesos, y el objeto de la ciencia indeterminista es presentar interpretaciones apropiadas de los fenómenos o sistemas complejos, sin intentar controlar o predecir los resultados. Puesto que considera que el conocimiento no es necesariamente empírico y observable y que los sucesos pueden ser interpretados o imaginados a partir de procesos internos incomunicables, favorece aproximaciones cualitativas, intuitivas, subjetivas e interpretativas en los procesos de aprendizaje. Interpretaciones que a su vez conducen a modalidades de enseñanza centradas en los procesos y estrategias individuales de los estudiantes para el logro de aprendizajes significativos.

Recapitulando, el indeterminismo acepta el azar, la ausencia de una causalidad directa, la no falsabilidad, la manifestación de otros tipos de conocimiento como el saber intuitivo o el saber revelado. Igualmente, se acepta la construcción del conocimiento que prescinde del aporte de datos del sensorium, se desarrollan metodologías y técnicas cualitativas, se trabaja con la idea de la complejidad creciente de los sistemas y se aceptan el lenguaje y el arte como manifestaciones de un tipo de conocimiento capaz de representar ‘complejidades ininteligibles’. Características todas que definen tendencias indeterministas compatibles con la creación de nuevos conocimientos y el progreso científico en la actualidad. Así, los cambios teóricos que se generan en la interpretación de la cognición y el aprendizaje humano redundan en aproximaciones humanistas y constructivistas en la educación con los correspondientes efectos en los métodos de enseñanza.

De esta manera, las tendencias indeterministas, con su acercamiento a los fenómenos desde la complejidad, ofrecen la posibilidad de trascender las limitaciones autoimpuestas del determinismo reduccionista en las ciencias y en la comprensión de los procesos cognoscitivos. Así mismo, permiten comprender las causas de muchos de los cambios ocurridos en las concepciones del proceso enseñanza-aprendizaje y, más específicamente, en los enfoques y métodos para la enseñanza de lenguas extranjeras. El indeterminismo, la complejidad y la participación del azar creador se van haciendo cada vez más perceptibles en las nuevas tendencias para la enseñanza de lenguas extranjeras, tanto desde el punto de vista de su fundamentación teórico-epistemológica como en lo concerniente a las implicaciones y aplicaciones metodológicas para el trabajo en el aula. Son perceptibles igualmente en las diferentes tendencias en la investigación y el estado del arte en la Lingüística Aplicada (Delmastro, 2005).

Determinismo e indeterminismo en el estudio del lenguaje

En cuanto concierne al estudio del lenguaje, el determinismo se refleja en las corrientes estructuralistas de la lingüística, en las que el reduccionismo tiene una gran participación. El lenguaje es analizado en términos de patrones o estructuras aisladas, las cuales son progresivamente separadas en sus constituyentes inmediatos (palabras y morfemas) hasta llegar a las unidades mínimas de significado (fonemas y alófonos). Igualmente, la lingüística descriptiva, con su énfasis en la descripción de la ejecución real de los hablantes y no de las reglas de uso impuestas por la gramática tradicional, indudablemente refleja la preocupación por lo observable, lo medible, lo cuantificable, promoviendo interpretaciones del aprendizaje de la lengua derivadas del empirismo y el conductismo que a su vez se basan sobre una concepción del lenguaje como conjunto de hábitos. Ello también justifica el predominio y abundancia de estudios descriptivos de corte cuantitativo en el área de la fonética y la fonología durante el auge del determinismo en la lingüística, los cuales, a pesar de representar un gran aporte al área en su época, se caracterizaban por la rigidez metodológica y la obsesión por la cuantificación y la objetividad en aras de una supuesta rigurosidad científica.

Por su parte, y al igual que para otras disciplinas en el área de las ciencias humanas, el indeterminismo ofrece a la lingüística otros modos de abordar los estudios del lenguaje y su enseñanza que trascienden las limitaciones del reduccionismo y las posturas empiristas propias del determinismo. El lenguaje es entonces estudiado en términos de sus funciones en la comunicación en los diferentes contextos de uso, tomando en cuenta las necesidades de los hablantes y el propósito de la comunicación. La aceptación de la existencia de características comunes a todas las lenguas redunda en el abandono de los estudios descriptivos de tipo contrastivo, en los cuales los sistemas de dos lenguas eran contrastados para determinar sus semejanzas y diferencias, y sobre esta base predecir interferencias y posibles dificultades en el aprendizaje de lenguas extranjeras.

Como efecto de las tendencias indeterministas se acepta la existencia de facultades innatas para el aprendizaje del lenguaje, la capacidad de ‘intuir’ significados y reglas, así como la participación de una gran variedad de factores personales, afectivos, motivacionales y sociales en dicho proceso. Se abandonan concepciones de la enseñanza dirigidas hacia la formación de hábitos y se orienta la misma hacia metodologías denominadas ‘comunicativas’. El énfasis en los significados, la importancia del contexto, el uso funcional en situaciones comunicativas, la concepción del lenguaje como un sistema complejo, la consideración de las necesidades e intereses de los participantes, el énfasis en los procesos y el aprendizaje centrado en el estudiante, resultan de concepciones no deterministas del lenguaje y su aprendizaje.

Sin embargo, es posible percibir en algunas de las nociones mencionadas con anterioridad cierta influencia del racionalismo chomskiano en la lingüística. No podemos, por lo tanto, obviar en esta discusión la alternativa racionalista. Ella constituye otra de las opciones de la ciencia formal que, con su consideración de los procesos mentales internos independientes del hecho observable, permite desligarse de la rigidez de la inducción y la verificación sin caer en la interpretación fenomenológica. De esta manera, el racionalismo provee a los docentes e investigadores estrategias de análisis y contrastación de base deductiva que permiten valorar la adecuación de teorías, principios y modelos, haciendo posible la derivación de nuevas teorías de carácter general e incluyente a partir de teorías preexistentes.

En tal sentido, en el estudio del lenguaje el racionalismo contempla aproximaciones generativas que favorecen la participación de los procesos mentales, tanto intuitivos como de tipo consciente, así como la producción creativa a partir de un sistema finito de reglas. En la enseñanza de LE esto se traduce en metodologías de tipo código-cognitivo (‘cognitive-code’) en las cuales la comprensión de la regla precede a la producción lingüística; o, en términos chomskianos, la competencia precede a la actuación o ejecución. Ello implica dos etapas claramente diferenciadas en el aprendizaje de la lengua extranjera: una etapa consciente de aprendizaje y práctica de la regla, y una etapa automática de producción en la que se logra la fluidez en el uso de la lengua.

Es importante subrayar que aun cuando las diferentes posiciones son aparentemente incompatibles se refieren a las mismas realidades: el progreso científico, el conocimiento, los sistemas biológicos y todos los sistemas humanos en general, incluido el lenguaje y su aprendizaje. Por lo tanto no se puede negar que el progreso o avance de la ciencia, en sus diferentes ámbitos y manifestaciones, requiere de ambas actitudes: tanto el determinismo como el indeterminismo. De allí que concordamos con Wagensberg cuando manifiesta que asumir el indeterminismo es más arriesgado y complejo, pero es importante para el progreso científico, y aplicar las teorías creadas es más seguro y menos creativo, pero igualmente necesario. El racionalismo, por su parte, le otorga al investigador de orientación deductiva las herramientas necesarias para valorar la producción y la adecuación de las teorías generadas.

Por todo lo antedicho, una postura radical hacia una u otra tendencia no es compatible con el progreso de la ciencia y del conocimiento. Asumir un relativismo informado que nos permita fluctuar entre las diferentes posiciones, dependiendo de las circunstancias y las necesidades de la investigación y/o el contexto de enseñanza-aprendizaje, facilita el desarrollo de una metodología acorde con las complejidades del mundo real ya que nos permite enfrentarnos a distintas condiciones, a diferencias individuales en estilos de aprendizaje y a sistemas institucionales y sociales diferentes. En lo que respecta al ámbito de la enseñanza de lenguas extranjeras, este relativismo informado se manifiesta en el estado del arte de la disciplina, reflejándose en las tendencias actuales de orientación constructivista y variaciones del enfoque comunicativo, tales como: la enseñanza basada en tareas, el aprendizaje estratégico, la evaluación por procesos, los modelos metacognitivos, y el aprendizaje colaborativo, entre otras.

A modo de conclusión...

La ciencia tradicional busca la representación de la interdependencia o relación entre los hechos observados (bien como descripción de la realidad o como identificación de relaciones de causa-efecto) lograda a través de procesos inductivos con base en la observación directa o fundamentada en procesos deductivos de razonamiento, dependiendo de la perspectiva epistemológica subyacente. El indeterminismo asociado con el paradigma de la complejidad se aleja de esta ciencia normativa y acepta modos no convencionales de producción del conocimiento que involucran una especie de percepción o visión interna (‘insight’). Dicha visión interna se relaciona en mayor grado con los espacios psicológicos y los estados de conciencia que con los procesos cognitivos basados en la observación o en el razonamiento. En este sentido, la realidad ya no necesita ser observada sino ‘aprehendida’ y el conocimiento es considerado como una experiencia que surge desde adentro.

En el análisis e interpretación de los procesos de aprendizaje de la lengua materna y la lengua extranjera, las perspectivas adoptadas en la actualidad, aún cuando enmarcadas en esencia dentro de la postura del indeterminismo científico en lo concerniente a la interpretación del proceso enseñanza-aprendizaje, se permiten el privilegio del eclecticismo acorde con la complejidad de la situación estudiada y los entornos de aprendizaje. Se plantea el eclecticismo como un privilegio debido a que, en su sentido positivo de pluralidad y sincretismo teórico-metodológico, no es fácilmente accesible, pues debe estar cimentado en un amplio conocimiento e información tanto en el plano teórico-conceptual como en el nivel metodológico-procedimental. Desde esta perspectiva, no se trata del “eclecticismo vergonzante” al que alude Lanz (1999:10), sino un eclecticismo informado: una amplitud de criterios cimentada en el conocimiento, que considera las propias experiencias y vivencias del investigador y que permite el análisis, la selección razonada y la toma de decisiones informadas (Delmastro, 2005)

Igualmente necesaria es la aclaratoria de que una postura indeterminista ante la interpretación del proceso de enseñanza-aprendizaje de LE, en virtud de su complejidad, no colide con la perspectiva racionalista en la conducción de una investigación, puesto que la primera se relaciona con el fenómeno objeto de estudio, mientras que la segunda hace referencia al aspecto metodológico-procedimental del proceso mismo de investigación. Adicionalmente, la postura indeterminista, al independizarse de la preocupación por los fenómenos y productos observables, le da cabida a aproximaciones de tipo cualitativo en el estudio del lenguaje y su aprendizaje, por lo que permite una mayor comprensión de los procesos involucrados en la adquisición del sistema lingüístico de la lengua meta, en virtud de la complejidad de factores involucrados.

En conclusión, partiendo de la premisa que el aprendizaje de una lengua extranjera es un proceso indudablemente complejo, asumir un eclecticismo informado ante la interpretación de los procesos de enseñanza-aprendizaje de una lengua extranjera le permite al docente enfrentarse a la gran variedad de contextos y situaciones de enseñanza-aprendizaje, aceptando la participación del azar, la intuición y otras características individuales, subjetivas, culturales y sociales en el proceso. Por su parte, la alternativa racionalista, como enfoque epistemológico de investigación, enriquece el proceso al proveer las herramientas para el análisis y la contrastación de autores y teorías que permiten valorar su adecuación y pertinencia, así como fundamentar la propuesta de nuevas teorías y modelos, que, en todo caso, también afectarán la actuación del docente en el aula.

Finalmente, es importante acotar que la adopción de una u otra tendencia, tanto en la ejecución docente como en investigación, se ve afectada no sólo por las tendencias y el estado del arte en la disciplina involucrada, sino también por las preferencias y estilos cognitivos propios del docente o investigador, y, en última instancia, por los requerimientos, lineamientos y políticas institucionales. Éstos constituyen temas dignos de ser abordados en futuras investigaciones.

Referencias